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Las Bolsas de Leche Materna de Nuk son una solución eficaz y segura para el almacenamiento de la leche materna. Estas bolsas están diseñadas para mantener la leche en un estado óptimo, gracias a su doble cierre de seguridad que garantiza una conservación segura y libre de fugas.
Estas bolsas están especialmente indicadas para las madres que, por diversas circunstancias, no pueden dar el pecho directamente a sus bebés. Proporcionan una forma segura y eficiente de almacenar la leche materna para su posterior uso.
Las Bolsas de Leche Materna de Nuk presentan varias ventajas que las hacen destacar. Son a prueba de fugas gracias a su doble cierre, lo que asegura que la leche se mantenga segura y fresca. Están libres de bisfenol A, lo que las hace aptas para uso alimentario. Son ideales para almacenar la leche materna en la nevera y el congelador, ahorrando espacio y manteniendo la higiene. Cada bolsa tiene una escala de medición y una apertura que facilita el llenado del biberón. Cada paquete contiene 25 bolsas esterilizadas de un solo uso, cada una con una capacidad de 180 ml.
El uso de estas bolsas es sencillo. Primero, se abre la bolsa y se vierte la leche materna en ella. Luego, se pliega la bolsa utilizando el doble cierre de seguridad, asegurándose de que queda completamente cerrada. Posteriormente, se etiqueta la bolsa en el área correspondiente con el nombre y la fecha en la que ha tenido lugar la lactancia. Una vez utilizada, la bolsa se desecha ya que es de un único uso.
Para un uso óptimo de las bolsas, se recomienda emplear una bolsa distinta para cada lactancia y etiquetarla correctamente. La leche extraída se debe conservar en la nevera por un plazo comprendido entre 12 y 24 horas, según la temperatura. Si se conserva en el congelador, la leche puede mantenerse hasta dos meses como máximo. Pasado este tiempo, la leche podría perder nutrientes o encontrarse en mal estado.
Las Bolsas de Leche Materna de Nuk son un producto seguro para su uso. No obstante, es importante recordar que son de un solo uso y no deben reutilizarse para evitar posibles contaminaciones. Además, la leche materna almacenada debe consumirse en el plazo recomendado para garantizar su calidad y seguridad.
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