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Diluciones bajas: 5 o 7 ch. Se usan para tratar ocasiones agudas, con indicios físicos concretos (fiebre, anginas, otitis, problema realmente grave, etc.). Diluciones medias: 9 o 15 ch. Si los indicios concretos, agudos o no, se asocian de numerosos indicios, propiedades y de la tipología del remedio. Diluciones altas: 30 ch. Esta clase de diluciones deberían ser prescritas por un homeópata dado que trabajan sobre el fondo psicológico del sujeto. En la situación de que un remedio preciso haya sido administrado en diluciones medias con anterioridad y se haya visto una clara mejoría, puede tomarse una dosis del remedio, en diluciones altas, si aún persiste, aunque débilmente, alguno de los indicios o síntomas.
Una de las virtudes de los medicamentos homeopáticos es la poca o nulas contraindicaciones, entendida como la baja aparición de resultados consecutivos, reacciones adversas o interacciones con otros tipos de medicinas. Esta afirmación está avalada por diversos estudios de investigadores, como por el poco número de afirmaciones de Agencias del Medicamento de diferentes países. La conclusión es que los resultados consecutivos, las reacciones adversas o las interacciones de los medicamentos homeopáticos son raros, leves y transitorios. Ésta pertenece a las causas por las que los medicamentos homeopáticos se sugieren muchas veces para niños, mujeres embarazadas y ancianos o personas que están siguiendo numerosos tratamientos. Inclusive en la situación de pacientes que están en tratamientos muy agresivos.
La adopción de la infinitesimalidad fue un propósito que se fijó Hahnemann gracias a su preocupación por evadir casuales agravamientos del enfermo. Por otra sección, las altas diluciones desarrollan una acción selectiva sobre las afecciones sensoriales y funcionales. El procedimiento puesto próximo por Hahnemann para conseguir lo que él llamaba Atenuaciones se refería a las sustancias solubles (diluciones), como a las insolubles (trituraciones). Hahnemann, que además era químico, detalló con exactitud las operaciones consecutivas a llevar a cabo, exponiendo un elemento primordial que llamó Dinamización. Consiste en aplicar, tras cada operación de dilución, un número preciso de agitaciones (unas 100-150 agitaciones siempre verticalmente según la Farmacopea francesa; según la farmacopea Alemana bastan con 10 sacudidas a cada dinamización).
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