Parece ser que el frío que acompaña el invierno al fin asoma, la temporada de esquí ha comenzado. Los amantes de la nieve están por fin de enhorabuena, pero atención, aunque las temperaturas bajen, el sol sigue quemando, así que la protección solar será nuestra mejor aliada para proteger nuestra piel de los rayos UVA.
De hecho, a mayor altura, más se notan los efectos de los rayos del sol. Cada 1.000 metros de altura aumenta un 15% el efecto perjudicial de los rayos del sol y a esto hay que sumar también el reflejo de la nieve que produce un efecto espejo que amplifica las radiaciones ultravioleta un 80%. Por este motivo es tan importante aplicar sobre la piel alta protección solar para evitar dañarla.
Durante el invierno nuestra piel es más susceptible al ataque de las radiaciones solares que provocan quemaduras y aumentan las posibilidades de padecer cáncer.
Un FPS de 50 protegerá la piel durante, aproximadamente, 500 minutos y por tanto, habrá que repetir la toma antes de que su efecto desaparezca, ya sea porque ha finalizado el tiempo de actuación o porque desaparece antes por contacto con el agua, sudor o tejidos.
¿Qué tenemos que tener en cuenta al proteger nuestra piel en la nieve?
Usa factores de protección solar altos.
El sol de montaña es más peligroso por la refracción de la luz del sol. Los rayos UV son más intensos en las alturas y sus efectos se acentúan con la llegada de la nieve.
Sólo porque las temperaturas son más bajas, no significa que no tengo que proteger contra el sol en la nieve fresca, la resonancia puede llegar alcanzar 90%, mientras que en el mar sólo el 20%.
En los peores casos el sol puede incluso causar las quemaduras solares, ceguera de la nieve o una alergia. Los efectos del sol en grandes cantidades, provocan una aceleración del envejecimiento prematuro de la piel o fotoenvejecimiento.
En estas condiciones se recomienda aplicar una loción de protección solar con un FPS más alto de lo habitual. Por otro lado, las membranas mucosas también debe estar protegidas con un pasamontañas y un bálsamo labial con protección UV.
Renueva tu protección solar antes de que deje de hacer efecto.
Hemos recomendado la protección FSP 50 que suele tener una duración de 8 horas, pero que debemos renovar constantemente. Debido al sudor, las gotitas de nieve que nos salpican y que se convierten en agua y el roce, ya sea con el casco o el pasamontañas, hacen que la protección pierda eficacia. Por este motivo, debemos asegurarnos en todo momento que nuestra piel está protegida.
Proteger de las radiaciones solares las partes más delicadas del rostro.
La nariz, las orejas y los ojos son partes de la cara en el que debemos insistir y aplicar protección de manera generosa. Entre el frío, aire seco y sol, los labios pueden sufrir grietas: sólo labio palo puede nutrir y reparar.
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- Los ojos. Mejor protegerlos con gafas de sol homologadas por la UE para evitar conjuntivitis o quemaduras producidas por exposiciones prolongadas a los rayos UV. Al ser homologadas nos aseguramos que tienen filtros UV. Pero, ¿qué quiere decir que estén homologadas? Pues que si las gafas no lo están, al tener el cristal tintado hacen que nuestras pupilas se agranden y dejen entrar más rayos UV a la retina. Entonces si no existe un filtro solar homologado en el cristal de esas gafas, provocamos que la retina se queme.
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- Los labios. Debemos protegerlos con factor de protección alto o muy alto, de esta manera evitaremos quemaduras y que salga el famoso herpes labial y evitaremos posibles molestias causadas por quemaduras tanto del sol como del aire. Anteriormente hablamos sobre cómo cuidar y proteger los labios durante la temporada de invierno.
- La nariz y orejas. Son las partes más sensibles del rostro ya que son las que más sobresalen y por lo tanto, las más susceptibles de recibir cualquier efecto provocado por agentes externos. La nariz y las orejas son lo primero que se quema o congela en la nieve.
Protege también tus manos.
Las manos son una de las partes que más sufren durante el invierno ya que su exposición a los agentes climáticos es continua y las utilizamos constantemente. El contacto con el frío extremo, el viento, la humedad derivada de la nieve afectan directamente a sus estado. Además, en la temporada de esquí, los guantes pueden contribuir también a la irritación y sequedad de la piel de las manos. Además de hidratarlas constantemente, deberemos protegerlas de los efectos del sol y no solo cuando bajan las temperaturas, sino a lo largo de todo el año.
¿Qué protector solar utilizar en la nieve?
Cuando se practiquen deportes de invierno, como el esquí, snowboarding o cualquier otro debemos tener en cuenta las condiciones en las que nos encontramos en ese momento: poco espacio en los bolsillos, manos ocupadas, guantes… Por este motivo surgieron los protectores solares en barra como el de Anthelios Stick, un protector solar en barra especialmente recomendado para la práctica deportiva, ya que no se rompe, ni se funde y es muy cómodo de utilizar gracias a su presentación en un stick compacto.
Anthelios XL 50+ Stick Zonas Sensibles está indicado para aquellas zonas de la piel sobreexpuestas a la acción solar o que no les puede dar el sol: zona ocular, nariz, orejas, labios, cicatrices, lunares, etc. Aporta una alta protección contra la radiación solar, perfecto para protegernos de la radiación solar en la nieve.
Celia es nuestra experta en dermocosmética y te ayudará a escoger siempre los productos más adecuados a tus características y tipo de piel.
¡No dudes en preguntarle!