Como mencionábamos al inicio, ambas condiciones pueden forma un equipo y provocar estragos en el cuerpo, incluyendo por ejemplo, cambios en el nivel de glucosa en la sangre. Esto significa que las hormonas de estrógeno y progesterona, afectan la forma en como las células responden a la insulina. Una vez que se presenta la menopausia, los cambios en los niveles de hormonas pueden provocar fluctuaciones en los niveles de glucosa en la sangre. Si el azúcar en la sangre se sale de los niveles normales, entonces la mujer tiene un mayor riesgo de presentar complicaciones.
Otro de los efectos comunes con la combinación de diabetes y menopausia es el incremento de peso, toda vez que algunas mujeres pueden experimentar esta condiciona justo después de la menopausia. A continuación con el incremento de peso, se suele incrementar también la necesidad de insulina o incluso medicación oral para tratar la diabetes. Algo que es aun más peligroso son las infecciones, incluso antes de que se presente la menopausia, los niveles de glucosa en la sangre pueden contribuir a las infecciones urinarias y vaginales.
Además de lo ya mencionado, cuando una mujer tiene diabetes y menopausia, también puede experimentar problemas de sueño. Se sabe que luego de la menopausia, los sofocos y los sudores nocturnos pueden impedir que se consiga un sueño más relajante, lo que a su vez puede contribuir a que sea mucho más complicado controlar el nivel de azúcar en la sangre.
Finalmente, un problema de la diabetes y la menopausia, también puede derivar en problemas sexuales con la pareja. Es decir, la diabetes puede dañar los nervios de las células que recubren la vagina y a continuación esto puede interferir con la excitación y el orgasmo.
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