Llega noviembre y, poco a poco, se va acercando el invierno. Los días se hacen cada vez más cortos y son cada vez más fríos, lo que puede acabar afectando a nuestra piel, resecándola. Hoy os hablamos del uso del aceite corporal, un aliado para la piel en invierno.
El frío es un poderoso vasoconstructor, es decir, provoca que los vasos sanguíneos se estrechen. Estos hace que menos oxígeno y vitaminas lleguen de forma natural a nuestra piel y que esta se acabe secando y apagando. Solemos acordarnos solo de la piel de nuestro rostro, pero debemos cuidar también la piel de nuestro cuerpo y, en invierno, la crema hidratante puede no ser suficiente. Para estos casos, recurrimos a los aceites corporales que nos aportan un plus de hidratación y nutrición cuando nuestra piel más lo necesita.
¿Qué son los aceites corporales?
Los aceites corporales son productos específicos que concentran los nutrientes en forma de aceite y no en forma de crema o loción. Por ello, su manera de actuar es ligeramente distinta y, en lugar de absorberse rápidamente como lo hacen las cremas, crea una ligera película sobre la piel que retiene la humedad y que, finalmente, acaba absorbiéndose aportando mayor nutrición a la piel.
Dentro de los aceites, existen multitud de variedades, así que podremos elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades en cada momento. Algunos, como el aceite de Nuxe, tienen nácares de oro, por lo que, además de hidratarnos con su textura no grasa, le da a nuestra piel un toque de color.
La mayoría de los aceites, además, pueden aplicarse tanto en el cuerpo como en el rostro o el cabello, así que podremos usarlo en las zonas que más lo necesiten. También puede utilizarse de forma puntual en zonas localizadas para tratar las asperezas. Estas zonas (como los talones o los codos) suelen secarse más que el resto del cuerpo y acaban teniendo un tacto áspero de modo que, aunque no todo tu cuerpo necesite una hidratación extra, puedes usar estos aceites en zonas y momentos puntuales.
¿Qué beneficios aportan?
Como ya hemos visto, los aceites corporales pueden ser los aliados perfectos cuando nuestra piel está seca. tirante, y necesita un plus de hidratación. Pero no solo son potentes humectantes. Los aceites corporales aportan otros muchos beneficios a nuestra piel e incluso a nuestro estado de ánimo.
Por su textura y su carácter emoliente, los aceites corporales son ideales para tratar las irritaciones. Nutrirán la zona y la suavizarán, haciendo que disminuyan las molestias y que la piel se recupere en menos tiempo. Algunos aceites, además, están especialmente formulados para la piel de los más pequeños así que pueden ser utilizados en las pieles de los niños sin que haya ningún riesgo para aportarles una nutrición extra tanto antes como después del baño.
Su concentración de nutrientes y su textura en aceite, se utiliza también para combatir las estrías, principalmente durante el embarazo. Estas se producen porque, ante cambios bruscos de volumen, la piel se tensa hasta romperse, con lo que aparecen unas marcas, al principio rojas o moradas y con el paso del tiempo, se van volviendo blancas. Durante esta primera fase, que dura unos 6 meses, las estrías son tratables y, con el aporte de hidratación y nutrición suficiente (como los que aportan los aceites corporales), pueden reducirse e incluso desaparecer. Así que ante los primeros signos de estrías, recuerda que los aceites pueden ser tus grandes aliados.
Por último, los aceites corporales no sólo pueden ayudar a tu cuerpo sino también a tu mente. Su textura y aroma hacen que su uso sea un potente relajante para grandes y pequeños y, añadido a la bañera no solo nos aportará un baño hidratante sino que también nos ayudará a relajarnos y destensar los músculos.
Ya sea usándolos antes de la ducha o después, en todo el cuerpo, o en zonas específicas y de forma continua o para tratar algún problema concreto, los aceites corporales son un producto con multitud de utilidades que no pueden faltar en casa.
Y tú ¿como utilizas el aceite corporal?
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