Los hombres son los grandes olvidados en la patología varicosa y acuden a las consultas cuando su enfermedad está ya avanzada, al persistir la creencia errónea de que las varices son cosas de mujeres y que son un mero problema estético.
El cirujano vascular Ángel Santos Gastón, en su libro sobre las “Varices en el hombre”, reconoce que es más frecuente esta enfermedad en las mujeres debido a la influencia hormonal, pero alerta de que hay un 35 por ciento de los hombres que tienen varices graves.
Las varices son una enfermedad que tiene una clara relación con la actividad profesional y hay sectores en los que son muy frecuentes, como la hostelería, la panadería y la peluquería, por ser oficios en que los trabajadores pasan muchas horas de pie.
Esta es una de las causas que propician las varices, que empeoran más cuando el tiempo que se debe estar de pie se acompaña de un calor excesivo y se produce una vasodilatación, como en el caso de quienes además de trabajar mucho tiempo erguidos lo hacen lugares calurosos.
Otro de los factores clave es la obesidad y el sedentarismo, ya que agravan el estancamiento de las venas, lo que desarrolla las varices y en los casos más graves facilita la formación de tromboflebitis.
La predisposición genética hay que tenerla en cuenta y afecta a un 30 por ciento de los pacientes, sobre todo cuando hay varices gigantes y difusas en personas jóvenes, aunque no es el desencadenante principal según Ángel Santos. El origen de las varices también puede ser en algunos casos una malformación congénita del aparato vascular, como la falta de válvulas en el interior de las venas, que se corrige mediante una intervención en el quirófano.
Los primeros síntomas son subjetivos y las varices tardan en aparecer, aunque el paciente comienza a quejarse de cansancio exagerado, pesadez en las piernas y en ocasiones de quemazón y hormigueo. Es en esta fase cuando más se puede hacer para prevenir esta enfermedad y en la que se aconseja acudir al especialista. Cuando las varices ya están más desarrolladas existe un dolor constante durante la noche que a menudo se acompaña de escozor y picor.
Las complicaciones más frecuentes de las varices, que son una insuficiencia venosa crónica, son la formación de edemas, que provocan que los tobillos se hinchen y, en los grados más avanzados de la enfermedad, se pueden producir hemorragias y trombosis. Para frenar su progresión hay que dormir con las piernas elevadas, al sentarse procurar que las piernas conserven la movilidad y que la sangre venosa no quede retenida, hacer gimnasia específica, caminar diariamente entre media y una hora por un terreno preferiblemente blando, nadar preferentemente en agua fría y terminar el baño o ducha con chorros fríos de un minuto en cada pierna.
También hay otras medidas que ayudan a prevenir la patología y que deberían respetar todas las personas con predisposición a tener varices si desean mejorar el sistema circulatorio de retorno. Entre las primeras recomendaciones destaca el no usar prendas ajustadas que compriman excesivamente; como pantalones, fajas y medias ajustadas, ni tampoco botas altas porque además de dar calor impiden el retorno venoso. El uso de tacones altos también es malo, así como la falta de ejercicio y el exceso de peso, y conviene además mantener activos los músculos de la pantorrilla y evitar el estreñimiento.
En los países del Sudeste Asiático la población apenas sufre problemas de varices y los científicos opinan que en gran parte se debe a que tienen una alimentación muy rica en vitamina E, que se encuentra sobre todo en los alimentos integrales y en la soja.
Celia es nuestra experta en dermocosmética y te ayudará a escoger siempre los productos más adecuados a tus características y tipo de piel.
¡No dudes en preguntarle!