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Una boca imperfecta

7 octubre, 2013

Un signo alentador que ha surgido en los países industrializados durante los últimos 20 años ha sido el descenso de las caries (35-50%) y los diferentes problemas dentales.

Los datos indican que, de los factores responsables, el más importante es la fluoración del agua, que fortalece el esmalte dental. Los dentríficos con flúor han desempeñado también un papel importante a este respecto.
A pesar de esta alentadora afirmación, los problemas continúan y la prevención es el mayor aliado: una buena higiene bucal. Repasemos algunos de los problemas más frecuentes que puede sufrir nuestra dentadura.

CARIES DENTAL
Se trata de la putrefacción del diente. Destrucción gradual del esmalte (cubierta protectora del diente) y la dentina.

La causa principal de esta afección es la placa dental, un sustancia pegajosa que se forma en los dientes. La placa contiene restos de alimentos, subproductos del moco y la saliva y bacterias que habitan en la boca. Las bacterias se alimentan principalmente en los hidratos de carbono fermentables (azúcares y almidones simples) que se encuentran en los alimentos y, después de degradarlos, crean una sustancia ácida que destruye el esmalte y forma una cavidad. Cuando el proceso no se trata, la dentina (sustancia situada debajo del esmalte) se desgasta progresivamente y la cavidad aumenta de tamaño, lo que favorece la invasión bacteriana de la pulpa que está en el centro del diente.

DESCALCIFICACIÓN DENTAL
Disolución de los minerales del diente. El primer estadio de la caries es el resultado de la acción de las bacterias de la placa sobre los hidratos de carbono refinados (sobre todo el azúcar) de los alimentos, que produce ácidos. Tras una exposición prolongada o frecuente a éstos, se altera la superficie del diente.
Las zonas descalcificadas adoptan la forma de manchas blanquecinas, visibles al eliminar la placa mediante el cepillado. Durante esta fase, el proceso es todavía reversible si se trata con soluciones mineralizadoras.

Cuando la descalcificación penetra hasta el esmalte, se propaga a lo largo de la unión entre éste y la dentina y, posteriormente, afecta a la dentina. Si no se realiza un tratamiento adecuado durante esta fase, las bacterias penetran desde la pulpa. Las enzimas bacterianas destruyen la dentina.

DIENTES MANCHADOS
Los dientes tienen una tendencia natural a oscurecerse con la edad. La pulpa roja, tejido que encuentra en el centro de los mismos, proporciona a los dientes jóvenes un aspecto brillante; la pulpa desaparece gradualmente a medida que envejecemos. Como consecuencia de ello, los dientes adquieren un color amarillento. Además tanto la superficie como las estructuras internas del diente son susceptibles de mancharse. Actualmente, ambos tipos de manchas pueden taparse gracias a las nuevas tecnologías.