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Personas de bajos recursos más propensas a problemas de circulación

4 agosto, 2014

De acuerdo con datos analizados del Estudio de Salud y Examinación Nacional en Los Estados Unidos de 1999 a 2004, investigadores han logrado determinar que las personas de bajos recursos o con los ingresos más bajos, pueden ser más propensas a padecer problemas de circulación en las piernas, médicamente llamada Enfermedad Arterial Periférica (PAD).

problemas circulatorios

Los médicos señalan que las personas que padecen de esta Enfermedad Arterial Periférica, tienen un estrechamiento de las arterias que suministran sangre a las extremidades, principalmente a las piernas, lo que provoca un dolor en esa zona del cuerpo y con frecuencia es un indicador de este estrechamiento de las arterias de todo el cuerpo.

Incluso los médicos han señalado que las personas con esta condición tienen un mayor riesgos de experimentar enfermedades cardíacas, así como accidentes cerebrovasculares. Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos de alrededor de 6.800 personas con este padecimiento, encontrándose que las personas que tenían niveles de ingresos más bajos tenían el doble de probabilidades de padecer PDA en comparación con aquellas personas de ingresos más altos.

Como consecuencia de esto, los investigadores advierten de la necesidad de enfocarse en las actividades de educación y promoción en este segmento de la población en situación de riesgo. También se requiere de sensibilizar a las personas acerca del PAD, además de a los propios investigadores para que incrementen sus esfuerzos de investigación y estrategias de tratamiento para los individuos de estratos socioecónomicos bajos.

Finalmente los investigadores han querido dejar en claro que a pesar de que han encontrado una asociación entre los bajos niveles de ingresos económicos y el desarrollo de problemas de circulación en las piernas, el estudio de hecho no prueba que exista una causa y efecto. Por ahora mencionan que los tratamientos actuales para el PAD incluyen los cambios en el estilo de vida, incluyendo el dejar de fumar, así como alimentarse de forma más saludable, hacer ejercicio e incluso en algunos casos se requiere de un procedimiento para restaurar el flujo de la sangre a las piernas.