Si tienes que realizar una tarea muy pesada y de gran volumen, lo mejor es dividirla en pequeños objetivos. Hacerse un guión con los sucesivos pasos a realizar ayuda a sobrellevar con menor dificultad las grandes cargas de trabajo. Empieza por una tarea y vete realizándolas una tras otra. Cuando quieras darte cuenta, tu objetivo principal estará completo.
La concentración mejora durante cualquier tipo de actividad que requiera cierto tiempo y también paciencia. La meditación mejora en gran medida la agitación de la mente y facilita la concentración en una sola cosa de forma convergente. Otra buena opción para recuperar la concentración es volver a estudiar algo que nos guste, o también leer el periódico o un libro de forma continuada.
No te compliques realizando múltiples tareas al mismo tiempo. Fíjate en que algunas de ellas son prescindibles. Lo mejor es realizar una cosa tras otra. Si estás ocupado hablando con alguien y suena el teléfono, termina primero de hablar con esa persona antes de cogerlo. También puedes probar a desconectar el móvil durante la comida o prescindir de la música mientras tratas de concentrarte en tu libro.
Las distracciones son el enemigo principal que impiden concentrarnos. Cuando desviamos la mirada de nuestro objeto, nos distraemos. Para evitarlo, procura desviar la mirada de forma consciente. Deja tu tarea y hazte consciente de tu mirada. En menos de cinco minutos podrás reintegrarte a tu tarea sin problemas.
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