Como cada año, el último fin de semana de Octubre, concretamente en la madrugada del Sábado al Domingo, nos vemos obligados a retrasar nuestros relojes una hora. De tal forma a las 03:00h de la madrugada pasarán a ser las 02:00h. Este cambio de hora, conlleva una alteración del ritmo biológico que puede provocar distintos trastornos afectivos en algunas personas.
La prevalencia de los trastornos afectivos estacionales en la población se sitúa entre el 1 y el 10%
Algunos estudios demuestran que los cambios de hora y estación pueden puede llegar a generar o potenciar ansiedad y depresión algunas personas. Los meses de invierno no suelen ser meses sencillos en general para nuestro organismo, el cual, tiene que hacer frente a las bajas temperaturas, resfriados, procesos gripales, problemas para la piel, ojos… y si a ello, le unimos la escasez de luz solar que nos trae el invierno, esto puede causar que los trastornos afectivos aumenten de manera significativa en las personas.
¿Por que el cambio de hora invernal nos puede generar trastornos afectivos?
Las alteraciones biológicas que produce un cambio de horario no suelen ser significativas ni constituyen enfermedades, pero pueden afectar la salud de adultos y niños, al producir Trastornos Afectivos Emocionales (TAE) con alteraciones del sueño, irritación, distimia; o incluso agravar o desarrollar estados de ansiedad o depresión. Los cambios de hora afectan de una forma más significativa a quienes poseen una estructura poco flexible en lo biológico y en lo psicoemocional; y a personas que realizan actividades en horarios rígidos.
La base de los cambios en el estado de ánimo en los pacientes afectados por un Trastorno Afectivo Emocional (TAE) descansa sobre la hipótesis de una alteración del ritmo circadiano, relacionada con un incremento en la secreción nocturna de melatonina, de forma que la fototerapia ejercería un efecto antidepresivo corrigiendo estas alteraciones. Esta hipótesis se apoya sobre la idea de que el TAE, con frecuencia, se inicia en otoño, época en la cual el periodo de luz solar comienza ha disminuir. Durante el invierno disminuye la luz solar, nuestro reloj biológico intuye que es hora de dormir y nuestro cerebro libera más noradrenalina, serotonina y ácido gamma. Estos tres neurotransmisores son los culpables de que aumenten los casos de Trastornos Afectivos Emocionales en las personas, pudiendo llegar a causar ansiedad o depresión. La ansiedad puede cambiar nuestro estado de ánimo, volvernos más irritables, tener pensamientos negativos, generar preocupación, tristeza, apatía o incluso llevar a una persona a episodios de depresión. Pero no todo son malas noticias. Se puede hacer mucho por aliviar o eliminar estos trastornos afectivos:
- Vida activa: llevar una vida activa es muy recomendable para liberar endorfinas y malas sensaciones. No es necesario correr un maratón. Simplemente de 30 minutos a una hora diarios de ejercicio moderado es suficiente para sentirse mejor. ¿Qué tal una ruta senderista por el campo? ¿O quizás iniciarse en la práctica Yoga?
- Dormir más y mejor: dormir una media de 7 a 8 horas diarias nos va a proporcionar el descanso necesario para comenzar el día siguiente con mucha más energía. Si no podemos conciliar el sueño con facilidad, es muy recomendable tomar infusiones o complementos alimenticios a base de valeriana, melisa o pasiflora. Estos extractos de plantas resultan una terapia natural muy eficaz en casos de nerviosismo y ansiedad. Ayudan a conciliar el sueño más fácilmente y está indicada para tratar el insomnio en épocas de estrés ocasional, ansiedad y nerviosismo.
- Controlar nuestros nervios: los nervios producidos por la ansiedad son una sensación difícil de controlar. Este nerviosismo, suele presentarse como irritabilidad, alteraciones del sueño, palpitaciones y nervios, y produce una sensación de intranquilidad durante el día.
- Llevar una dieta sana y equilibrada: seguir una dieta sana y equilibrada es un elemento clave para eliminar los síntomas de ansiedad, que además suelen presentarse a la hora de comer. La ansiedad nos crea la sensación precisamente de que debemos comer más comida (y normalmente de peor calidad) para controlar esta ansiedad, cuando lo que necesitamos es justo lo contrario, una dieta sana y equilibrada.
- Mente positiva: Trata de mantener tu mente con pensamientos positivos, planifica tu tiempo libre, piensa en las cosas buenas que trae consigo el invierno… disfrutar de un rico desayuno calentito, leer un libro, ir al cine…. busca actividades culturales que te ayuden a distraer tu mente.
Hacer de estos cinco puntos un hábito, es muy importante para mantener los trastornos afectivos alejados de nuestras vidas. Descansar, comer bien, controlar los nervios, hacer ejercicio y tener pensamientos positivos, nos proporcionarán una base saludable para mantener nuestra mente calmada y fresca.
Bibliografía:
Miren Aiala Gatón Moreno , Miguel Ángel González Torres , Moisés Gaviria. Trastornos afectivos estacionales, “winter blues”. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2015; 35 (126), 367-380. (Leer más)
Gupta A, Sharma PK, Garg VK, Singh AK, Mondal SC. Role of serotonin in seasonal affective disorder. European Review for Medical and Pharmacological Sciences 2013;17:49-55 (Leer más)
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