Estamos en pleno invierno, y nuestros fervientes lectores habituales ya sabéis lo que esto conlleva, pero hoy vamos a hablar de un tema al que le solemos dar muy poca importancia sin darnos cuenta: La sequedad ocular o síndrome del ojo seco.
El síndrome del ojo seco no discrimina a nadie.
No importa que tengas una visión digna de un halcón, o que por el contrario, no veas tres en un burro sin tus gafas o sin tus lentillas; la sequedad ocular te puede afectar, y seguramente no estés haciendo nada al respecto.
Durante esta época tan adversa para nuestra salud estamos constantemente expuestos a las bajas temperaturas, a las nevadas y a las impetuosas y gélidas rafagas de viento. Siendo esto suficiente para mermar la humedad de los ojos, debemos agregarle las condiciones a las que nos sometemos en el trabajo, en casa y en cualquier lugar en el que se utilicen indebidamente los sistemas de calefacción y aires acondicionados. Y la cosa no termina aquí, puesto que las personas que usan lentillas, las que son fumadoras y las que trabajan con el ordenador están aún más expuestas a padecer el denominado “Síndrome del ojo seco”.
¿Cómo sé si padezco el síndrome del ojo seco?
Es fácil que, bajo estas circunstancias que hemos mencionado, empieces a notar cierta sequedad, irritación, escozor, enrojecimiento, fatiga o picor en los ojos, y no tiene porque ser nada alarmante si se dá solamente en alguna ocasión puntual, pero si la sequedad ocular comienza a ser algo frecuente, es posible que pases a formar parte del 20% de la población que lo padece en su vida diaria. Esto supone que sin recibir un tratamiento eficaz, el síndrome del ojo seco, puede acarrear queratitis, úlceras de córnea e incluso pérdida parcial de la visión.
Además debemos mencionar que el síndrome del ojo seco se incrementa notoriamente al llegar a la tercera edad, estando presente en un 75% de las personas mayores de 65 años, por lo que debemos que prestar una atención especial a los ojos a partir de estas edades en las que la salud, en general, se resiente con facilidad.
El ojo llora cuando lo necesita
Muchas veces pasamos más horas de la cuenta delante del ordenador, o leyendo algún libro y podemos notar como nos lloran los ojos, y aunque parezca contradictorio, ese lagrimeo excesivo se debe a una reacción del sistema ocular cuando se ve sometido a una lubricación inadecuada o insuficiente. Esta es la forma que tiene el organismo de proteger nuestros ojos aunque sea con lágrimas de baja calidad que no aportan los nutrientes necesarios para proteger al ojo, pero al menos lo lubrica. Lo ideal ante estas situaciones en las que sabemos que podemos forzar la vista, es ponerse unas gotas para los ojos antes de realizar la actividad, y aunque cueste ser consciente, parpadear con regularidad es esencial para evitar la incómoda sequedad ocular.
Cómo cuidarse los ojos
La vista es un sentido delicado y primordial del que vamos a hacer un gran uso a lo largo de la vida, es por ello que si queremos conservarlo en buenas condiciones, debemos seguir unos pequeños consejos:
1. Consumir alimentos ricos en Omega 3 y 6 como vegetales verdes, pescados, carnes y huevos.
2. Evitar ambientes con polución o con humo de tabaco.
3. Utilizar gafas de sol por la calle.
4. No exponerse demasiado a los sistemas de refrigeración y calefacción.
5. No castigar la vista con largas lecturas ni con el ordenador.
6. Utilizar gotas para los ojos cuando lo necesites.
Unas gotas a tiempo ahorran disgustos mayores
Sólo nosotros somos responsables del cuidado de nuestros ojos, y para ser algo tan importante, el síndrome del ojo seco, es una afección en constante aumento. Esto constata que siempre es mejor prevenir que curar, ya que con una cosa tan sencilla como echarse unas Gotas de Optiben Ojos Secos, conseguimos un recubrimiento excelente de la superficie ocular con el cual nos olvidaremos del dichoso síndrome del ojo seco.
Ahora que le has echado un ojo a estos consejos, ¿qué tal si nos cuentas qué te ha parecido?
Purificación es nuestra experta en atención farmacéutica con más de 20 años de experiencia. Consulta con ella cualquier problema de salud.