Aumentar las defensas en la época del año en la que el frío domina las calles y muchos de los lugares que frecuentamos a diario, debería ser una obligación. Cuidando nuestras defensas y las de nuestros seres queridos con alimentos naturales, no sólo evitaremos esos molestos resfriados que nos mantienen días en la cama, sino que, además, nos sentiremos con mucha más vitalidad, y de esta manera, podremos disfrutar de la cara encantadora y agradable del invierno.
¿Por qué nos bajan las defensas?
Antes de deciros cómo podemos aumentar las defensas de nuestro organismo de manera natural, y además, de una forma muy sencilla y rápida, es necesario que comprendamos por qué motivos se resiente nuestro sistema inmunológico y no siempre gozamos de la misma salud.
Son muchos los factores que pueden afectar a nuestra salud negativamente y producir el debilitamiento de nuestros leucocitos, las valientes células que defienden nuestra salud a ultranza.
Algunos de ellos son:
- Exposición al frio: Los cambios bruscos de temperatura son toda una amenaza para nuestras defensas. Lo más recomendable para aislarse del frío es ponerse varias capas ligeras en lugar de una gruesa. Los espacios entre las capas te ayudarán a mantener la temperatura corporal y al mismo tiempo, nos será útil poder quitarnos algunas capas en los lugares que tengan la calefacción elevada.
- Mala Alimentación: Llevar una buena alimentación es primordial para aumentar las defensas. Y con esto nos referimos a que es importante introducir ciertos alimentos como los arándanos, el ajo, el yogur o la miel a nuestras comidas diarias, además de llevar una dieta equilibrada, por supuesto.
- Falta de ejercicio físico: Todos sabemos que hacer ejercicio provoca grandes beneficios físicos a corto y largo plazo. Sin embargo, debemos matizar que mientras se está realizando la actividad física se produce una leve disminución de las defensas, pero en las siguientes horas, no sólo se recuperan, sino que además se produce un fenómeno llamado “supercompensación” que aumenta las defensas del organismo a niveles superiores a los iniciales.
- Dormir poco y mal: No somos conscientes, pero cuando dormimos, en el cuerpo se producen una serie de funciones fisiológicas imprescindibles que favorecen la regeneración celular de todo el cuerpo. Por lo que unas 8 horas de sueño de calidad propician un sistema inmunológico más robusto.
Llegado a este punto, os recomendamos leer también sobre síntomas que nos indican que tenemos las defensas bajas.
Entonces, ¿Cómo subir las defensas de forma natural?
1. Controla los niveles de estrés
Controlar los niveles de estrés es una de las claves para mantener una buena salud física y mental. El estrés puede afectar negativamente nuestro sistema inmunológico, aumentando así el riesgo de enfermedades. Además, también tiene un impacto en nuestro bienestar emocional, lo que puede llevar a problemas como la ansiedad y la depresión. Por esto, es importante tomar medidas para controlar el estrés en nuestras vidas diarias.
Esto puede ser logrado mediante técnicas como la meditación y yoga, ejercicio regular, planificación adecuada del tiempo y reducción de hábitos poco saludables como fumar o consumir alcohol en exceso. Controlar el estrés no solo nos ayuda a estar más tranquilos y relajados día a día, sino también contribuye a prevenir problemas graves de salud en el futuro, aumentando nuestras defensas de forma natural.
2. Realiza ejercicio regularmente
Los beneficios de realizar ejercicio son numerosos y van más allá de la simple mejora física. Realizar actividad física regularmente puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardíacas. Además, ayuda a mantener un peso saludable, mejora la calidad del sueño y reduce los niveles de estrés.
El ejercicio también fortalece los músculos y huesos, aumenta la flexibilidad y mejora la capacidad cardiovascular. Además, realizar deportes o actividades en equipo puede mejorar las habilidades sociales y fomentar un sentido de comunidad e interacción entre las personas. Por lo tanto, incorporar el ejercicio como parte de nuestro estilo de vida es una excelente manera de mejorar nuestra salud física y mental en general.
3. Come más alimentos de origen vegetal
Los beneficios de incluir más alimentos de origen vegetal en nuestra dieta son muchos y variados. En primer lugar, nos proporcionan una amplia gama de nutrientes que son esenciales para mantener las defensas en buena forma, como vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Además, los alimentos vegetales suelen ser más bajos en grasas saturadas y calorías que los productos animales, lo que los convierte en una opción excelente para aquellos que buscan controlar su peso o reducir su consumo de grasas poco saludables.
También se ha demostrado que comer una dieta rica en vegetales se asocia con un menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. Por todas estas razones, añadir más verduras, frutas, cereales integrales y legumbres a nuestra dieta diaria es una forma efectiva de mejorar la salud a largo plazo.
4. Controla los niveles de sueño
Es importante controlar los niveles de sueño ya que una falta de descanso adecuado puede tener efectos negativos en nuestra salud física y mental. La privación del sueño puede causar problemas como somnolencia durante el día, dificultad para concentrarse, irritabilidad, ansiedad y depresión. También se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad.
Por lo tanto, es fundamental establecer una rutina de sueño saludable incluyendo horarios regulares para acostarse y levantarse, así como crear un ambiente tranquilo y cómodo en el dormitorio para facilitar la conciliación del sueño. Además, evitar estimulantes como la cafeína antes de acostarse y practicar técnicas de relajación también pueden ayudarnos a regular nuestros niveles de sueño.
5. Limita la ingesta de azúcares
Es importante controlar la ingesta de azúcares porque el exceso de consumo de estos compuestos puede generar diversas complicaciones en nuestra salud. Consumir demasiada azúcar puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes, la obesidad, caries dentales y otras patologías asociadas al metabolismo. Además, consumir grandes cantidades de azúcar también afecta a nuestro estado emocional y físico: produce cambios bruscos en los niveles de glucemia y disminuye los niveles de energía en nuestro cuerpo.
Por eso es fundamental llevar una alimentación equilibrada que incluya todos los nutrientes necesarios para nuestro organismo y moderar el consumo diario de productos con alto contenido en azúcares simples.
6. Come más grasas saludables
Es necesario consumir grasas saludables porque son una fuente importante de energía para nuestro cuerpo. Además, estas grasas ayudan al buen funcionamiento del cerebro, el sistema nervioso y los órganos vitales. Las grasas saludables también contribuyen a disminuir el colesterol malo en la sangre y aumentar el colesterol bueno, lo que previene enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, una alimentación que incluye ácidos grasos omega-3 (presentes en pescados azules), ayuda a reducir la inflamación en nuestro cuerpo y fortalece el sistema inmunológico. Es importante destacar que no todas las grasas son iguales; debemos evitar las saturadas y trans que se encuentran en alimentos procesados y elegir aquellas presentes en alimentos naturales como aguacate, nueces o aceite de oliva. En conclusión, es fundamental incorporar grasas saludables a nuestra dieta para mantener un buen estado de salud general.
7. Hidrátate
Es importante mantener una buena hidratación ya que el agua es fundamental para múltiples funciones en nuestro cuerpo. La hidratación adecuada ayuda a regular la temperatura corporal, transporta nutrientes y oxígeno a nuestras células, elimina los residuos y toxinas del cuerpo y lubrica nuestras articulaciones. Además, la hidratación también es clave para mantener una piel sana e hidratada. A menudo subestimamos la cantidad de agua que necesitamos beber en un día y podemos sentirnos fatigados, tener dolor de cabeza o sentir sed si no bebemos suficiente agua.
Por lo tanto, debemos ser conscientes de nuestra ingesta diaria de líquidos para asegurarnos de estar bien hidratados y garantizar una buena salud general.
8. Productos Farmacéuticos Naturales
Los suplementos de farmacia para subir las defensas son una forma de mejorar nuestra salud y el estado general de nuestro cuerpo. Estos suplementos se encuentran en diferentes formatos y se pueden utilizar para mejorar la inmunidad de una forma rápida.
Alimentos que suben las defensas
Estos alimentos pueden ayudar a aumentar la función de las células inmunitarias y reducir el riesgo de enfermedades y enfermedades infecciosas.
Algunos ejemplos de alimentos que aumentan las defensas incluyen frutas cítricas, bayas, verduras crucíferas, como brócoli y coliflor, nueces y semillas, ajo, jengibre e incluso té verde.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los efectos del consumo de estos alimentos en la función inmunológica pueden variar de persona a persona y no deben considerarse una cura o tratamiento para cualquier enfermedad específica. En general, una dieta equilibrada rica en nutrientes es fundamental para ayudar al cuerpo a mantener un sistema inmunológico saludable.
La miel: El remedio natural más dulce.
Sin duda alguna, la miel es un alimento muy completo que debe estar presente en nuestra dieta habitual. Son muchísimas las propiedades beneficiosas que tiene este alimento producido por las abejas; y es que la miel es un antibiótico natural rico en vitamina B6 (encargada de producir anticuerpos), calcio, hierro, magnesio y en diversos componentes antioxidantes que retrasan el envejecimiento, y lo mejor de todo es que su consumo, ¡no produce caries!
Pero evidentemente todo en exceso es malo y en este aspecto, lo único malo es que tiene la miel, es un alto contenido calórico, y te estarás preguntando ¿cómo podemos tomar miel sin excedernos?
Cómo incluir la miel en nuestra dieta para aumentar las defensas.
Lo recomendable es tomarse sólo dos o tres cucharadas pequeñas de miel al día. Por ejemplo, podemos mezclarla con el café de la mañana, ya que con esta combinación, nos va a proporcionar mucha energía de forma natural, y acabaremos la jornada laboral mucho más animados. Luego por la tarde, podemos untar un poco de miel en una tostada, y ya para finalizar el día, no hay nada mejor que un vaso de leche endulzado con miel para dormir a pierna suelta.
Como ya hemos visto, la miel es un alimento muy saludable, y sus propiedades pueden ser superiores si el polen elegido es de calidad. Es ideal para tratar problemas de irritación o dolor de garganta, faringe y cuerdas vocales a través de productos con propóleo cómo Juanola Propóleo Miel Vitaminas B3.
¿Conoces algún otro uso para la miel? ¡Cuéntanos tus remedios caseros!
Es nuestra experta en homeopatía y medicina natural con más de 20 años de experiencia. ¿Tienes alguna duda en medicina natural? Belén seguro podrá ayudarte.