¿Te vas de vacaciones? Te ofrecemos cinco consejos para disfrutarlas de forma saludable.
Llegan los meses más calurosos del año y todos comenzamos a pensar en las vacaciones. Muchos ya están disfrutando de ellas y, otros tantos, a la espera de irse en pocos días. Es posible que algunos hasta ya hayáis regresado. Sea cuál sea tu caso, te dejamos cinco consejos para disfrutar de tus vacaciones al máximo y para recuperarte a la vuelta. No nos engañemos, las vacaciones son tiempo de excesos. Es el momento de disfrutar, de hacer todo aquello que no podemos el resto del año y de relajarnos en todos los aspectos. Así que, primer consejo:
Descansa y desconecta:
Necesitamos descansar y, sobre todo, desconectar. Relajarnos puede ser un gran plan para este verano, sobre todo después de todo el estrés al que estamos sometidos durante el año. Este es un buen momento para comenzar con actividades que nos generen paz, ejercicios de meditación o rutinas de sueño y complementos alimenticios, que nos ayuden a descansar con calidad.
Debemos tener en cuenta la importancia del sueño, fundamental para que el cuerpo se prepare, repare y esté en forma para el día siguiente. El descanso afecta a nuestro sistema inmunitario y es una necesidad biológica que permite descansar las funciones físicas y psicológicas.
Actívate:
Descansar está muy bien, pero no podemos dejarnos arrastrar por la inactividad. Son nuestras vacaciones y hay que aprovecharlas al máximo. Es posible que los primeros días te sientas un poco desorientado y lo único que te apetezca sea tirarte en la toalla o en el sofá. Hay que hacer un poco de esfuerzo y no dejarnos llevar por la pereza. Hacer deporte puede ser un buen aliado para activarnos y cuesta menos ponerse con complementos como el Holomega Instant Energy.
Toma el sol, es saludable para la piel y para el ánimo:
Playa, montaña, ciudad, pueblo… da igual dónde te vayas estás vacaciones, tomar el sol es bueno, siempre que lo hagamos con precaución. Cuando nos exponemos al sol, generamos vitamina D que favorece la absorción de calcio y fósforo de nuestra dieta y, de esta forma, mantenemos una estructura ósea saludable. Además, un bronceado bonito hace que nos veamos físicamente mucho mejor, por lo que nos sentimos más animados. Sin embargo, no podemos olvidarnos de cuidar nuestra piel, debemos prepararla antes del sol, protegerla con cremas solares y no olvidar la importancia de hidratarnos bien tras la exposición.
Disfruta de la gastronomía local:
No hay mayor placer que comer y, para muchos, probar cosas nuevas. Las vacaciones pueden ser un buen momento para ampliar nuestros horizontes gastronómicos.
En estos días comemos más de lo habitual y nos salimos de “lo de siempre”, por lo que las digestiones se pueden volver más pesadas. Nuestra recomendación es que, aunque nos permitamos ciertas licencias, continuemos manteniendo una dieta variada y saludable en la medida de lo posible. Además, si os gustan las infusiones, pueden convertirse en un potente aliado para combatir la pesadez de estómago, algunas nos pueden ayudar a mantener la línea y… ¡Con hielo son muy refrescantes!
Disfrutar sí, pero con cuidado:
Llevamos varios años conviviendo con el nuevo virus y a veces parece que lo olvidamos completamente, pero la realidad es bien distinta. Volvemos a vivir una nueva ola que preocupa mucho a unos, muy poco a otros y, mientras, el resto nos adaptamos a vivir en esta nueva realidad. Sin embargo, no solo el virus puede hacer que nuestras vacaciones se trunquen y pasen de ser unos días estupendos a un verdadero tormento. Es el momento de las infecciones urinarias porque pasamos horas con los bañadores mojados, los resfriados por haber dormido a pierna suelta debajo del aire acondicionado y las insolaciones, entre otras. Mejorar nuestro sistema inmune estas vacaciones puede ser una buena forma de evitar este tipo de problemas.
Afrontar la vuelta con buen humor:
No nos vamos a engañar, nadie vuelve a la rutina dando saltos de contento y pensando que esos ratitos en el chiringuito con familia y amigos eran un verdadero aburrimiento, pero hay que evitar que nos afecte demasiado.
Conforme se acerca el día de la vuelta al trabajo nos sentimos más desanimados, empezamos a pensar en todo lo que dejamos pendiente, en los atascos, en las carreras y en el estrés en general y esto provoca, en bastantes ocasiones, lo que conocemos como “depresión postvacacional”.
Debemos pensar que hemos tenido unas estupendas vacaciones, que lo hemos vivido, lo hemos disfrutado y tenemos un montón de recuerdos que nos hacen sonreír. Recordar, también, que en nuestro trabajo hay momentos divertidos, emocionantes o que nos hacen sentirnos satisfechos y orgullosos con nuestro esfuerzo, hace que nuestra percepción de la vuelta sea mejor. Regresar animados siempre es mejor que afrontar una vuelta con hastío y desgana.
Ya no tienes excusa para que estas sean tus mejores vacaciones y las más saludables.
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