El apio es una planta perteneciente a la familia de las Apiáceas, y crece hasta unos 30 centímetros. Proviene originalmente de las zonas del mediterráneo, aunque también se cree que puede ser del extremo oriente.
De él se aprovecha el tallo, que se cultiva de tal manera que adquiere un sabor dulce, ya que el suyo original es mucho más fuerte y amargo. Aunque podrás encontrar apio durante todo el año, las mejores estaciones para conseguirlo en su mejor estado son el otoño y el invierno.
El apio, que se puede consumir tanto crudo como cocinado, ha sido usado desde la antigüedad como remedio natural, ya que te ayuda de la siguiente manera:
Actúa como diurético
Contiene aceites esenciales que te ayudan a dilatar los vasos renales. De esta manera, y por su alto contenido en líquidos, te será útil para expulsar las impurezas.
Ayuda a tu tránsito intestinal
Si sufres de problemas de estreñimiento o gases, el apio te ayudará a regular el funcionamiento de tus intestinos favoreciendo su movimiento.
Mejora la circulación de la sangre
Si consumes regularmente apio, obtendrás beneficios en la circulación de la sangre, ya que reduce el colesterol malo y el ácido úrico.
Protege tu piel
El apio también actúa sobre tu piel, ya que tiene sustancias químicas que ayudan a su pigmentación y a mejorar todos los problemas que puedas tener en ella.
Tiene propiedades antiinflamatorias
En quinto lugar, esta planta tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que harán efecto directamente sobre los dolores que puedas sentir.
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